La judicialización de la economía


Desde el corralito a esta parte, los jueces intervienen cada vez más con sus sentencias en la vida de las empresas y, últimamente, también en la distribución de los ingresos del Estado

Se trata de uno de los movimientos de la economía más sigilosos producidos en el último tiempo. Casi imperceptible. Dispersados y silenciosos, enfundados en sus fueros, los jueces de los más variados tribunales del país cada vez se inmiscuyen más en la vida económica argentina con sus decisiones. A veces impulsados por su propio protagonismo; otras, por los diversos reclamos de las partes, y muchas, influidos por los aires de cambio que llegan desde los despachos de la Corte y –¿por qué no?–, desde cada una de las tribunas en las que resuena un discurso oficial. No importan demasiado las motivaciones; lo cierto es que cada vez más la Justicia influye con sus fallos en el mundo de los negocios, y hasta en algunos sectores de la gestión del Gobierno. La judiciacilización de la economía es un fenómeno prácticamente intangible, pero constante. Es una tendencia de la que no hay cifras; apenas, sentencias y sus consecuencias. Si de poner un mojón se trata, el corralito podría servir. En ese momento, cerca de 200.000 ahorristas recurrieron a la Justicia para que les devolvieran sus depósitos. A falta de reglas claras, fueron los jueces quienes trazaron un sistema de devoluciones parciales que reposó más en la equidad que en la ecuación financiera que por ese entonces hacían los bancos y el Gobierno. Fueron, claramente, miles de sentencias que causaron un fuerte impacto en la economía. Desde entonces, cambios en la Corte Suprema mediante, la Justicia no ha parado de producir fallos con fuerte rebote económico. Por citar algunos casos, se pueden listar la oposición a los aumentos de algunas tarifas energéticas que algún juez paró cuando Roberto Lavagna era ministro de Economía. O la renegociación del contrato de Aeropuertos Argentinas 2000, que fue dolarizado, pero que la Justicia permitió que algunas empresas pagaran en pesos y decidió que otras lo hicieran en dólares. Y más acá en el tiempo, aparecen la batería de fallos en materia laboral que cambiaron el sistema vigente, con indudable impacto en las empresas, pero también, con la creación de lagunas de incertidumbre para los trabajadores como en el sistema de riesgos del trabajo, en el que aún no hay una nueva ley que ordene el desmadre que se produjo con el fallo que la declaró inconstitucional. Podrían contarse cientos de ejemplos, como la distribución de la cuota Hilton para la exportación de carnes que año tras año se dirime en la Justicia; o los fallos que extienden la responsabilidad de las empresas sobre el personal que contratan sus empresas tercerizadas o las interpretaciones diversas que los tribunales hacen de las tasas municipales en el interior. En materia social, por ejemplo, surge la exigencia de un juez al gobierno porteño para que le entregue una casa a una familia necesitada, o las prestaciones que suelen obligar a dar a las empresas de medicina prepaga.
Vía: Diego Cabot. La Nación. Argentina; blogalaxia,tags:
enlazado a mundo económico

Comentarios