¿Cuanto gana un diputado español?


Rafael Estrella, diputado por el PSOE, detalla las cantidades en su blog. Su nómina mensual es de 2.819,94 euros, menos el 27% de retención. Además, cobra 1.644,05 euros más al mes –sin retención– en concepto de “indemnización por ejercicio de la función”, una compensación que se paga a todos los diputados que no son de Madrid por gastos de alojamiento, dietas y trasporte.
Estrella no es un parlamentario más, ya que también es portavoz en la Comisión de Asuntos Exteriores, lo que le aporta un extra de 1.048,73 euros al mes que también está sujeto a una retención del 27%. En total, entre los tres conceptos menos las retenciones, le salen 4.513,18 euros netos al mes.


Más o menos la mitad de los diputados disfrutan de estos extras. Algunos están en más de dos comisiones, aunque sólo se puede cobrar por una de ellas. Las mejor pagadas son la
Comisión Constitucional –que preside Alfonso Guerra– y la Mesa del Congreso.

Los sueldos de los parlamentarios están por encima de la media española, pero tampoco un diputado es un profesional cualquiera. Al mismo nivel de responsabilidad, de influencia y de poder, la empresa privada paga muchísimo más.
Tampoco está mejor la cosa cuando del Congreso se pasa al Gobierno. Con el ascenso a ministros o a secretarios de estado, algunos diputados salen perdiendo cuando su partido llega al poder. Aunque el sueldo base es mayor, un ministro no cobra el plus por trabajar fuera de su ciudad ni puede ser portavoz en alguna de las comisiones.
La política no da para grandes sueldos en España. Los 87.552,12 euros que cobró el año 2005 el presidente José Luis Rodríguez Zapatero no es un salario despreciable, pero resulta ridículo cuando se comparan sus ingresos no ya con los del presidente de Estados Unidos o los de un banquero sino con los de cualquier ejecutivo de segunda de una empresa normalita que esté en bolsa. De hecho, los políticos españoles son los que menos ganan de todos los europeos. ¿Nos sale caro lo barato?
No es nada popular subirse el sueldo a uno mismo. Menos aún cuando se trata de política. Por eso se suele recurrir a los pluses más o menos encubiertos –como lo de las comisiones parlamentarias o las dietas en consejos de administración– para redondear el salario. Pero si queremos que nuestros políticos sean los mejores preparados de la sociedad y no ricos que ya tienen solucionada la vida, corruptos cuyo salario se redondea con mordidas o ambiciosos megalómanos cuya única aspiración es el poder, tal vez deberíamos plantearnos pagarles algo mejor.
La única pega es que, a corto plazo, una subida en el sueldo no mejoraría la calidad de nuestros políticos. Seguirían siendo los mismos.

Vía: Ignacio Escolar. Blogalaxia,tags:

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