¿Quién se ha llevado mi queso?.


Actividad sugerente para trabajar aspectos relacionados con creatividad, autoestima, cooperación, colaboración, motivación, capacidad de liderazgo y adaptación . útil para lectura complementaria para el alumnado o para cualquier persona curiosa e intuitiva

Título: ¿Quién se ha llevado mi queso?

Autor: Spencer Johnson, M.D.

Editorial: Empresa Activa

Edición número: 40

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Biografía del autor


Spencer Johnson
Doctor en Medicina y licenciado en Psicología. Por más de dos décadas, Spencer Johnson ha sido fuente de superación y cambio para millones de personas en todo el mundo.
La clave de su enorme éxito ha consistido en transmitir sabiduría por medio de relatos sencillos que hablan directamente al corazón y al alma.
Todas sus obras contiene enseñanzas que han ayudado a millones de lectores a vivir más felices y enfrentarse a los problemas con menos estres.
Algunos de sus libros son ya auténticos clásicos, como el famoso manual de dirección empresarial El ejecutivo al minuto, escrito en colaboración con Kenneth Blanchard.


Resumen de la historia: al principio el autor, explica cómo los personajes representan una parte de nosotros mismos. Sus personajes son:

Dos ratones: Fisgón, que fisgonea y detecta el cambio, y es la parte de nosotros mismos que debería estar siempre alerta, y Escurridizo, que es el otro ratón, que no teme a realizar la acción ante cualquier tipo de cambio

Dos liliputienses: Hem que se niega y se resiste al cambio, por temor a que le conduzca a algo peor y Haw que aprende a adaptarse a tiempo; en cuanto comprende que el cambio puede conducir a algo mejor.

En una reunión de viejos amigos, todos se cuentan los cambios sufridos en vida hasta ese día. Uno de ellos les explica que su vida comenzó a funcionar mejor a partir de un cuento que le cambió su vida, que es el siguiente:

Los dos ratones, Fisgón y Escurridizo, vivían en un laberinto, junto con dos liliputienses, Hem y Haw. Todas las mañanas, los ratones por un lado y los liliputienses por otro, se calzaban las deportivas, e iban a correr por el laberinto en busca de almacenes de queso, para poder alimentarse, aunque esta tarea era muy dura. Un día encontraron un gran almacén con queso de todos los tipos, tanto los ratones como los liliputienses acudían allí todas las mañanas, y hasta los liliputienses se crearon su propio hogar en el almacén para conseguir comida fácil. No obstante los ratones seguían siendo precavidos y olfateaban y analizaban el queso, además de seguir colgándose todas las mañanas las deportivas, por si llegaba el caso de que escaseara. En cambio los liliputienses acomodaron su hogar en el almacén creyendo que el queso siempre iba a estar ahí. Pero una mañana, el queso había desaparecido, y cuando los ratones llegaron y lo vieron, se calzaron sus deportivas y se marcharon en busca de nuevos almacenes; los dos liliputienses se quedaron muy impactados, y se pasaron días y días buscando por el almacén, picando por las paredes a ver si encontraban algo, hasta que llegó un momento en que estaban demasiado débiles por la falta de comida, y Haw aunque con miedo, consiguió armarse de valor, buscar sus viejas deportivas, y salir él solo en busca de nuevos almacenes de queso, mientras que su amigo Hem se quedaba en el almacén. Un buen día Haw encontró otro gran almacén con montones de nuevos quesos donde ya estaban sus amigos los ratones, con las zapatillas colgadas del cuello, en ese momento Haw se unió a ellos, y se colgó las zapatillas del cuello, cuando de repente, se abrió la puerta y era……Y así concluye el autor la historia, y se supone que era Hem que recapacitó y fue en busca de más queso. Luego vuelven a salir a escena los viejos amigos que se habían reunido anteriormente para exponer cómo ha afectado el cuento en sus vidas.

Conclusión de la historia: los ratones Escurridizo y Fisgón forman la parte de nosotros que deberíamos mostrar, el estar siempre alerta, sin confiarse y olfateando el cambio como Fisgón, y con la mente abierta para aceptar los cambios y actuar siempre que sea preciso con rapidez como escurridizo. El autor intenta, mediante este breve cuento, hacer un símil con la vida real, ya que el laberinto es nuestra vida, que nos presenta dificultades pero si no te rindes, acabas saliendo adelante. Aunque nosotros en la vida real, como los personajes humanos del cuento admiten, somos más como Haw y Hem, incluso la mayoría más como Hem, aunque no lo queramos reconocer, que se niega a ver la realidad y se encierra en sí mismo por miedo a que el cambio sea contraproducente para él, sin ver en realidad, que los cambios pasan, esten o no preparado para ellos.

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Vía: Ana Romero Clavería
technorati,tag: educación economía

Comentarios

Arabela y yo ha dicho que…
MIRE NO ES POR NADA PERO ESTE CUENTO ES UNA PORQUERIA,EXPLISITO SOBRE COSAS QUEMADAS TEMAS Q YA TODOS LEEMOS EN CUALQUIER GRAFITI...CONOCE BORGES???
SUERTE Y CREO Q EL UNICO QUESO QUE CONOCI ESTA EN EL OLOR QUE TIENEN MIS PIES